12 COLATERALES
Por Karlos Dearma.
El combate
ha sido duro. Le pido a ANKH un recuento de bajas. Mientras tanto trato de
envolver mi brazo izquierdo que ha recibido un golpe: un raspón de espada. Nada
malo.
Camino entre mis hombres tratando de ver su estado, tenemos algunos
heridos. Tratamos de ayudarles. Unos minutos después ANKH regresa con la
novedad.
-Nos faltan
una treintena de hombres, muchos de ellos muertos quizás. Una veintena están
heridos, algunos graves. Ocho muertos confirmados. Tengo a algunos de mis
nubios intentando rescatar a los perdidos en tierra de nadie. Debe haber más
cadáveres de los nuestros por allí.
-Demasiadas
bajas. No podemos intentar nada más por ahora, nos superan en número. Es una
retaguardia. Su jefe pronto se dará cuenta de esto. Y quizás intente
devolvernos el golpe.
-Les dimos
un golpe duro también, tenemos algunos prisioneros como mandaste. Soldados a
sueldo. Los interrogue. Tal vez sean unos quinientos, mandados por un tal
DUMUZI de Mari y un elamita llamado ZIGGUR.
-Era algo
que temía. Son más del doble que nosotros, sí es cierto lo que dicen.
SALMANASAR se ha marchado y nos ha retrasado con esto. Logro ganar tiempo
¿Cuántos hombres tenemos en condiciones de combatir?
-Unos
Doscientos. ¿Qué hacemos ahora SETI? ¿Ponemos distancia?
-Tendremos
que hacerlo hasta que tengamos novedades de PEPI. Inútil sacrificar a más de
los nuestros.
Mas nubes
comienzan a cubrir el cielo y la oscuridad es aún mayor. Bastante difícil
intentar ahora algún movimiento. Algunos gemidos de dolor se alzan en la
oscuridad mezclados con pedidos de ayuda que de pronto cesan. Solo silencio. No
me gusta nada. Ordeno a todos los que estén en condiciones de pelear estar
preparados.
Algunos minutos pasan. Los músculos de mi cara se tensan, sé que el
momento del combate está cerca, la ansiedad parece romperse y entonces
finalmente sucede. De la oscuridad de la noche surgen jinetes.
¡Nos atacan!
¡A las armas!
Los
capitanes de SALMANASAR no se han dejado estar. Los metales pronto chocan. Mis
hombres pelean con fiereza. Muchos caen. Los atacantes son demasiados. Derribo
a un jinete de un lanzazo. Retrocedemos luchando. De golpe me veo rodeado por
un grupo de sombras. Regalo sablazos por doquier y algunas de las sombras caen.
Soy un guerrero de respeto pero son muchos para mí. Recibo un golpe en la
cabeza y caigo. Intento levantarme y no puedo, todo se vuelve oscuridad.
continuara ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario