2 LA GUERRA INFAME DE SALMANASAR
Por Karlos Dearma.
El ejército
en retirada marcha dejando tras de sí una senda
de destrucción. Cosechas y viviendas arden. Los pozos de agua han sido
envenenados, los cuerpos de animales y de indefensos aldeanos comienzan a
pudrirse, y decoran el paisaje como ejemplo de la más refinada obra de los
hombres: El crimen. Los buitres, prudentes ante nuestra presencia, esperan por
su turno. Me agradaría no darles el gusto pero ahora no hay tiempo de enterrar
a los cadáveres. Nuestro rey TUTMOSIS
nos ha ordenado perseguir a los invasores y la orden es terminante:
Exterminarlos.
Aplastarlos
antes de que su ruta de sangre y muerte se extienda como una mancha de aceite
por todo Egipto. Mi nombre es SETI,
capitán de TUTMOSIS, jefe de cien, bajo
las órdenes del general PEPI. Dejare para
otro momento los detalles. El descanso que
tomamos es breve. Nuestros exploradores nos informan que los enemigos se hallan
a día y medio de distancia. Juntamos lo poco que queda y pueda servirnos para
aprovisionarnos, y así volvernos a poner en marcha.
El calor es
agobiante y los soldados están cansados pero aun así nadie se queja. Todos
estamos ansiosos por arreglar cuentas con los hombres de SALMANASAR. El
desierto nos precede pero al enemigo
también y las ganas de curar esta ofensa son mayores a los obstáculos
que nos dificultan el paso.
SALMANASAR
sí. Jefe del norte de Mesopotamia, Rey de Ashur. Logro juntar bajo su mando a
varios millares de hombres. Experimentados guerreros Asirios, mercenarios Hititas, acadios,
sumerios, jinetes cananeos, arqueros elamitas, nómades del desierto, de las montañas del norte de
Mesopotamia y hasta algunos helenos. Una
muchedumbre desordenada y sedienta de oro, de tierras y de sangre. La crueldad
de nuestros gobernadores en Oriente parece justificar el odio de estos hombres
hacia Egipto y no le ha sido dificultoso a SALMANASAR unirlos contra mi patria.
Su plan de
conquistar Egipto estaba fundamentado: La corte de Tebas, luego de la muerte del faraón AMOSIS, es solo un nido de intrigas y traiciones, lo
que reina es la discordia entre los nobles y la lucha por el poder solo se
detuvo ante la invasión. ¿Detuvo? Eso que digo está aún por verse. Espero el
joven TUTMOSIS sepa cómo manejar los destinos de nuestro pueblo e imponerse a
los díscolos nobles. Los tiempos son difíciles pero las armas lo han
favorecido. Una rápida victoria sobre las fuerzas de SALMANASAR lo puso en
retirada hacia Canaán. Sin embargo en la retaguardia las cosas están lejos de
ser tranquilas. TUTMOSIS confía en su amigo PEPI para resolver lo más pronto
posible la invasión.
Y aquí me tienen perdido en mis pensamientos cuando mi
general me hace llamar. Voy presuroso a su encuentro. Me acerco lentamente para
encontrarlo perdido en “sus pensamientos”. Aun así advierte mi presencia.
-Ah SETI mi
amigo, espero que tú y tus hombres hayan descansado un poco.
-Como cinco
minutos, no lo suficiente como para desentumecer mi culo.
-Tenéis
suerte de no ser infantería.
-Lo sé. ¿Qué
me tienes preparado?
-Debes salir
al encuentro de SALMANASAR con tu caballería, darle alcance y…
-Retrasar su
avance hasta que llegues con el grueso del ejército, y obligarle a dar batalla supongo.
-Leíste mis
pensamientos. Sí, eso es exactamente lo que quiero. Sabía que podía confiar en
ti mi amigo. Sois lo mejor que tengo, tú y tus guerreros. Pero no arriesgues un
combate directo, te superan en número, solo hazle perder tiempo. Y empújalo
hacia Oriente fuera de Egipto.
-¿Esperaremos
los refuerzos de Tebas?
-No podemos.
SALMANASAR seguirá haciendo sangrar a Egipto en su furia vengativa por la
derrota que le regalamos. Además su tropa está muy debilitada y desmoralizada.
Supongo podremos, y tendremos que arreglarnos solos. Te daré 100 hombres de a
caballo más, la tropa de AMUN y llevaras 150 arqueros nubios. Ya están listos.
Estarán bajo tu mando.
-Bien. ¿Cómo
están las cosas en la capital?
-TUTMOSIS
decidió regresar para ahuyentar los posibles complots. Algunos nobles no
esperaban un resultado tan favorable de esta campaña. Creo que incluso estaban
dispuestos a pactar con SALMANASAR. TUTMOSIS necesita una nueva victoria. De ser posible definitiva.
-Me pongo en
marcha. Mis 100 ya están listos.
-Contaba con
eso, mucha suerte mi amigo.
PEPI
estrecha mi mano y voy a por mis jinetes y caballo. Los hombres tienen armas,
provisiones y monturas listas. Nos ponemos en marcha. El sol de la tarde parece
una inmensa bola roja que golpea alegremente
con su látigo de fuego la tierra cansada. Los buitres al fin tendrán su
turno. Muy a mi pesar de ello comenzamos a alejarnos del campamento. El resto
del ejército pronto nos seguirá en la marcha.
continuara ...
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