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lunes, 22 de junio de 2015

SETI, EL EGIPCIO /// Capítulos 89 y 90


89  LA INUNDACION
Por Karlos Dearma.

Llegamos a Tebas con la inundación. No hay mucho para hacer, solo permanecer dentro del recinto de la ciudad: En los próximos meses los campos permanecerán anegados. Y La única forma de salir de la ciudad será en barco. Me despido de IB, le prometo volver a verlo en dos días y marchamos a casa de AMENHOTEP.

KHUFU está contento, la ciudad bulle de festividades; es tiempo de devoción y honores a los dioses. Los sacerdotes preparan las celebraciones, dignatarios supervisan los trabajos, grupos de soldados controlan que todo permanezca en paz. Caminamos por las calles apiñadas de campesinos, artesanos y comerciantes borrachos. La capital está de fiesta.

La paz ha regresado a Egipto. Las noticias de Nubia parecen confirmarlo: Sé que no es cierto, la guerra aun no dejara descansar a esta tierra. Pero estoy ya fuera de todo ello. 

Creo que voy a darle una sorpresa a AMENHOTEP y a su familia; debe tener noticias de lo sucedido en Nubia, quizás me espera. Llegamos a su puerta. Nos anunciamos con uno de sus criados: Cuando escucha mi nombre me franquea la entrada sin hacer preguntas. Nos conduce a una estancia y desaparece buscando a su amo, mi amigo.

Agitado AMENHOTEP hace su aparición. Viene a mi encuentro abrazándome, le devuelvo el saludo. Sus hijas y esposa corren a recibirme. Es bueno estar nuevamente entre amigos. 

Hago las presentaciones con KHUFU. AMENHOTEP nos lleva a otra estancia más privada, nos ponemos cómodos, tenemos cosas de que hablar. La esposa de mi amigo se va con las niñas haciendo un guiño cómplice.

-¿En qué pensabas poniéndote en contra a faraón?

-TUTMOSIS enloqueció. Tal vez haya sido el sol de Nubia, no lo sé. Desato una masacre incomprensible. No fue difícil dejarle atrás.

-Siento tener que decirte esto pero creo que lo mejor para ti es alejarte de Egipto, poner distancia del faraón.

-Tienes razón, aunque ahora tiene un problema mayor del cual ocuparse: La reina NAGA y su ejército. Caerá sobre él.

-¿Con la inundación? Sería una locura.

-Eso mismo pensé pero NAGA es muy astuta, algo se tiene entre manos, lo sé. Aún quedan muchos por morir.

-Lamento oír eso.

-Yo también. Llegará a Tebas si se lo propone, si vence a TUTMOSIS nada la detendrá. No será sino al final de la estación de la inundación. Si eso sucede huye con tu familia AMENHOTEP, ponles a salvo.

-¿No harás nada para alertarle?

-No. Quería ponerte sobre aviso a ti. Me iré muy pronto.



90  COMIDA EN ARZAWA
Por Karlos Dearma.

La mesa se ha servido de manera abundante, la completan manjares de todas las regiones de Arzawa: Carnes, verduras, frutas y mucho vino. Comemos y bebemos largamente. Alrededor se sientan LUWIYA, su hijo DAROS y algunos de sus lugartenientes. 

ARNUWANDA come, devora diría, como si fuera la última cena de un vagabundo, SAROK no se queda muy atrás. Mi abuelo conversa animadamente con el rey de Arzawa:

-¿Te ha contado SAROK acerca del destino de tu hijo?

-Sí. TELEPINU siempre tuvo un mal temperamento, fue la peor herencia que pude haberle dejado. Su madre partió pronto, no pudo torcerlo. Y no fui un buen padre: me distraje en guerras inútiles por el honor de Hatti y no me ocupe de lo principal, mis hijos. Cuando les deje terminaron destrozándose entre ellos por un trono vacío y una corona de Oro que nunca use, no estoy orgulloso de mi obra.

HATTUSILLI queda en silencio, como masticando sus palabras, tiene la mirada fija en un punto distante. Su aspecto es sombrío: El pasado parece ser una pesada carga para él, o por lo menos el pasado familiar. 

Luego levanta una copa de vino y la bebe lentamente. LUWIYA, que ha interpretado ese estado de ánimo, igual que yo, intenta cambiar el tema: 

-Dime HATTUSILLI: ¿Que fue de tu amigo, el egipcio loco ese?

-Esperaba reunirme con él pronto LUWIYA, el pasado otoño fue a por unos asuntos con sus amigos en la tierra de los dos ríos.  Quedamos en encontrarnos por Apasa en los comienzos de la primavera: Lleva más de un mes de retraso.

-Tal vez esté a punto de llegar.

-Eso es raro, como cualquier buen egipcio suele ser muy puntual.

-No es tiempo de preocuparse por él aun HATTUSILLI. Ya aparecerá.

-Debes tener razón rey. Tal vez se haya emborrachado en algún lugar entre aquí y las ciudades sumerias. Hay muchas y sus cervezas son de las mejores.

-¡Ja! Tienes razón. Y no te olvides de sus hermosas mujeres.

Pero mi abuelo hace una pausa: No está muy convencido de sus dichos, lo suyo es turbación. No le conozco suficiente pero puedo darme cuenta. LUWIYA parece satisfecho con su “nuevo” invitado y el vino le ha dado renovadas ganas de conversar:

-Espero que el egipcio no haya sido tan tonto como para atravesar por las tierras de EA-TESHUB. Ese forajido devenido rey gobierna con mano dura Alepo y tiraniza a sus moradores. Solo llegan noticias terribles desde allí: Sus guerreros aterrorizan a los pobladores, los viajeros evitan esa comarca con temor. Recuerdo que ustedes dos le humillaron más de una vez.
 
El rostro de mi abuelo se transforma al oír esto. Su faz se enrojece, su ceño se frunce, sus ojos parecen salir de sus orbitas, el gesto entero es de ira. Ese nombre, EA-TESHUB, le ofende. Estalla como un volcán en erupción:

-¡Oh Dioses! ¿Podría ser tan tonto el egipcio como para “acortar” camino por allí?

-No lo sé. ¡Tú le conoces mejor que yo HATTUSILLI!

-¡Lo es! No conoce el miedo, el egipcio ese es tan temerario como tonto. Puede estar en problemas.

Veo a mi abuelo reflexivo, como decidido a hacer algo al respecto. Con curiosidad intervengo por primera vez en la conversación:

-He escuchado hablar por un rato del egipcio y en ningún momento nadie menciono su nombre ¿Cómo se llama?

Mi abuelo, sumergido como esta en sus pensamientos, parece no oírme. Su rostro ceñudo es de preocupación, por su amigo. Finalmente parece emerger nuevamente a la realidad. Me mira y con voz sorda contesta:

-SESOSTRIS.

continuará ...

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